
Un devastador terremoto de magnitud 6,0 sacudió la noche del domingo la provincia oriental de Kunar y otras regiones cercanas en Afganistán, dejando hasta el momento 1.124 personas fallecidas y 3.251 heridas, según informó la Media Luna Roja Afgana.
La organización humanitaria señaló que el sismo causó graves pérdidas humanas y materiales en distritos como Nurgal, Sawkay, Watapur y Manugai, además de afectar zonas de Laghman y Nangarhar. Más de 8.000 viviendas fueron destruidas y todavía se reporta un número indeterminado de personas atrapadas bajo los escombros.
El coordinador humanitario de la ONU en Afganistán, Indrika Ratwatte, advirtió que el balance de víctimas podría seguir aumentando en las próximas horas. La organización estima que los afectados superan las 12.000 personas.
“Hoy es el segundo día desde el terremoto, han pasado más de 32 horas, y los heridos siguen llegando”, afirmó el doctor Sharif Khamosh, del Hospital Regional de Nangarhar, en Jalalabad. Según explicó, decenas de pacientes llegan sin pausa mientras se continúan recibiendo reportes de personas atrapadas.
Este martes, testigos reportaron atascos en las carreteras de montaña, debido a que numerosos vehículos trasladaban heridos y otros transportaban ayuda humanitaria hacia las aldeas devastadas. Los helicópteros, por su parte, realizaron múltiples vuelos para evacuar heridos hacia Jalalabad y Asadabad, además de llevar alimentos y suministros médicos.
Daños materiales y económicos
La destrucción abarca no solo viviendas, sino también escuelas, mezquitas, tierras agrícolas y ganado, lo que agrava la situación de miles de familias rurales que ya enfrentaban condiciones de extrema vulnerabilidad económica.
Las carreteras también sufrieron graves daños debido a deslizamientos de tierra, lo que ha dificultado el ingreso de maquinaria pesada y equipos de rescate.
Reacción internacional
Ante la magnitud de la tragedia, la ONU liberó cinco millones de dólares de su fondo de respuesta global. Además, el Reino Unido anunció una ayuda de emergencia por un millón de libras, mientras que India envió un millar de carpas y toneladas de alimentos.
A su vez, China, Pakistán, Irán, Egipto y la Unión Europea expresaron su solidaridad y ofrecieron apoyo logístico y humanitario para asistir a las comunidades más afectadas.